Ocho horas, que separan este día de ayer, y no se si abrir los ojos y volver otra vez, a este mundo que cada día trastorna nuestra manera de ver la vida, pero que a pesar de saber lo malo que pasa no hacemos nada para cambiarlo.
Al fin despierto, enciendo la televisión y lo primero que veo, es a países peleándose por algo que no les pertenece, o por lo menos no esta dentro de sus límites, y sin importarles que gente inocente muera por su culpa, se lavan las manos apoyando a la paz entre los pueblos, y defendiendo el derecho a la vida de cada ser humano.
Me muero de miedo, cuando escucho que el futuro no esta en este país, y de personas que se van en busca de algo mejor, algo que pocos encuentran; y me pregunto, porque en vez de ir a trabajar a otro lado, no trabajamos aquí, y me vuelvo a preguntar, porque si los que encuentran ese algo mejor en otros lugares, no regresan aquí y me respondo; será porque estamos acostumbrados a escuchar que no hay futuro aquí.
Y luego escucho, que están buscando agua en Marte, para que, porque mejor, no invierten ese gasto en darle de comer a los que no lo hacen, y veo como la gente, se asesina entre si, será que llegaremos a esos extremos para darnos cuenta, que perdimos todo este tiempo, en buscar lo que de nada nos va a servir encontrar, y desperdiciamos lo único que no podemos perder, tiempo.
Cuando será que encenderemos el televisor, y encontraremos, noticias que plasmen una alegría en nuestro rostro, pero quizás estoy pidiendo mucho, talvez cuándo las encontremos, nos cansemos de la televisión.
Saben que es lo peor, que la guerra en otros países, no nos mata, si encuentran agua en Marte, no nos la van a dar, si algún día se inventa como recuperar el tiempo, nos lo van a querer cobrar, y no pensamos que la nicotina y el alcohol a pesar de que cada botella y cada cajetilla dice que no la ingieras, nos matamos lentamente haciéndolo, y algunos lo hacen para olvidar el dolor, como que olvidar es fácil.
Es que prefiero de toda mi vida, las ocho horas de sueño, talvez el mejor invento jamás pensado, que de tanto pensarlo nos gastamos, ocho horas de sueño que nos permiten ver, lo que queremos ver, que nos permiten tener, lo que queremos tener, y que nos permiten creer que todo puede cambiar, aunque nos vayamos antes de que eso ocurra.
17 de Abril del 2006
