miércoles, 13 de octubre de 2010

Esperando en el limbo

Al llegar al limbo me dijeron que tendría que escoger entre el cielo y el infierno, me lo describieron de esta manera, entre recordar constantemente el amor de mi vida u olvidarla lentamente, la respuesta era demasiado fácil para mí, entonces la vi, no pude hablarle, no sabía como hacerlo, ella bajaba por la escalera, que por puerta tenía un letrero grande que decía infierno…

Entonces me llego el habla, y pregunte con desesperación que le habían dicho; me respondió el señor barbado, lo mismo que les preguntamos a todos, me complemento la frase con un, casi ya no hay gente en el cielo de todos modos…

Se dirigió a mí por mi nombre y me volvió a preguntar, está usted decidido a olvidar… Solo tenía que decir que si, y todo lo que vociferaban con pancartas y folletos del cielo, se haría realidad…

Pero mi orgullo, mi maldito orgullo dijo no, no puedo hacerlo; porque me pregunto pedro, el hombre de la barba, simplemente no puedo, el no hacerlo, le dije, es un error, últimamente no lo creo me confesó, todos están manifestando lo mismo, si pudiera regresar a la tierra susurre…

La tierra ha dicho usted, esa es una sucursal del infierno, usted puede volver me supo explicar, mi amigo ya, sin pensarlo agarre mi maleta invisible, y al bajar las escaleras subí al bus que en el frente tenía un letrero que decía a la tierra…

La encontré entonces, se sonrió al verme, no puedes dejarme verdad, se lo afirme y a la vez me dijo, ya te explicaron lo de la reencarnación, ojala y nos volvamos a encontrar, asombrado al escucharla me quise bajar…

Pero ya era tarde lo único que recuerdo desde entonces, hace veinte y dos años, es mi llanto, la cara del doctor y la de mi nueva madre, y aquí estoy en el limbo, esperando encontrarla, haciendo tiempo para que me encuentre, para ver a donde va, supongo que esta vez al cielo, si es así, no tendré opción, allí tomaré el vuelo sin retorno a la república de sus besos…